"NUESTROS PEQUEÑOS SERES DE LUZ"

Buenas tardes,

Y a estas alturas de la película he de decirles que mis hijas me eligieron a mi para el cumplimiento de su misión. 

Del mismo modo que conté en mi segunda publicación "Recordando quienes somos", que somos almas infinitas, sabias, divinas y eternas que hemos venido a este plano para cumplir una misión y un propósito de vida, también así hemos de reconocer a nuestros hijos. Estos pequeñajos son seres de luz encarnados en este plano físico que han venido a desarrollar sus propias experiencias. Y, por supuesto, ellos para el cumplimiento de su misión eligen a sus padres, a las familias donde quieren desarrollar su vital propósito.  Aún cuando las familias que elijan sean pobres o ricas, maravillosas u horribles, cada ser encarnado escoge el lugar apropiado para desempeñar su labor.

Desde esta perspectiva hemos de brindarles un amor infinito y darles la mejor educación posible. Pero educar no es cualquier cosa. Desde que conocí el significa del término "educar" supe de la valiosa importancia de esta preciosa misión, que no es otra que, "ayudar a sacar del otro lo mejor de sí", de extraer hacia afuera sus dones y talentos, aquellos que les fueron dados para el cumplimiento de sus fines; en definitiva, de hacerles brillar en lo mejor que saben hacer. No se trata de formatearles intentando borrar lo que realmente son, como hace el actual sistema educativo que nada mas lejos de educar se ha propuesto todo lo contrario, anulando y ajustando a los niños para someterlos a que lo que vienen imponiendo las reglas sociales, los sistemas de creencias y las normas económicas. No se trata de esclavizarlos. Se trata de ayudarlos a superar sus consciencias egocéntricas, de recordarles quienes son, a qué han venido y, fundamentalmente, hacerles saber que vienen a ayudar al planeta, a la humanidad; todo ello para despertar su consciencia y la consciencia universal.

Desde hace años vienen encarnando seres muy evolucionados que desde temprana edad manifiestan dones extraordinarios, y esto no son casos aislados, sino que están llegando en manada, una gran multitud, para ayudar a la evolución planetaria. ¿Has oído hablar de los niños índigos ó cristal? Yo fui una niña índiga. Prácticamente la totalidad de los que fuimos niños en los años 70 y 80 lo somos. Como muestra de ello diré que los que vivimos nuestra infancia en estos años no soportamos la manipulación, la deshonestidad, la carencia de valores, rechazamos la autoridad mal ejercida, los ruidos ensordecedores, la violencia en cualquiera de sus manifestaciones, y un largo etc. Nos gusta de la verdad, de ser francos, amorosos, generosos y nos congraciamos con la sabiduría universal. En cierto modo, trajimos en su día un cambio de consciencia universal y fuimos modificando muchas estructuras. Sin embargo, con la llegada de la nueva era ha vuelto a producirse otro cambio de consciencia gracias al nacimiento de los niños cristal, quienes desde que llegan a este mundo, manifiestan una gran capacidad afectiva porque se hallan muy conectados a la naturaleza. De hecho, son empáticos, mediadores, pacificadores, amorosos, hipersensibles a las emociones y cuentan con una gran sabiduría innata.

Y yo les doy la bienvenida a estos nuevos MAESTROS ÁLMICOS.

Fue Jesús de Nazaret el que dijo: " Dejad que los niños se acerquen a mi porque de ellos es el reino de los cielos". Ellos son la gran semilla cósmica que viene a fundar la nueva humanidad. Vienen a abolir las obsoletas estructuras para hacernos ver la única verdad: EL AMOR.

No son seres sobrenaturales sino niños con almas sabias que han escogido a sus familias para enseñarnos lo que nosotros no estamos preparados para ver, abriéndonos los ojos, haciéndose espejo de nuestros errores. Son los NUEVOS PROFETAS marcando el camino a recorrer. Desde que se produce la concepción se produce la encarnación del alma, cada ser toma a continuación su composición genética para poder expresar el mensaje que le ha sido encomendado. Es decir, cada niño nacido es único y perfecto. No hay ninguna imperfección o patología. Hasta los niños nacidos con daños físicos, mentales, enfermedades congénitas, cáncer, autismo, y cualquier otra dolencia que pueden tener o desarrollar, son únicos, maravillosos y perfectos. Su única misión es traer el cielo a la tierra. Y nuestra misión es darles todos el amor incondicional para hacerles ver que la humanidad está cambiando y que respetamos todas las formas de llegada a la tierra.

Hace unos años tuve una conversación con mi tía, Ana, que perdió a su hijo a la edad de 11 años víctima de una leucemia infantil. Después de 30 años ella reconoce no haber superado la muerte de su hijo. Partiendo de la premisa de que su hijo no ha muerto sino que sigue vivo en el plano más elevado y precioso que se pueda imaginar, yo le hice saber que cuando Alejandro encarnó la eligió a ella porque era la madre perfecta, la mujer más especial que pudo encontrar para cumplir su misión. Como madre entiendo el terrible dolor de su pérdida, ya que desde este plano físico, mental y emocional, no conozco a nadie preparado para esto. Pero si trascendemos, ¿no consideran ustedes que mi tía es la mujer más afortunada del mundo al dar a luz a un ALMA tan especial que vino a dejar su mensaje de AMOR INFINITO Y UNIVERSAL y hacer saber a quienes tuvimos la oportunidad de conocerle, que la única razón de pasar por esta vida es AMAR A PECHO DESCUBIERTO?

Yo lo creo firmemente. Y te digo mi querido ALEJANDRO, gracias, por darnos tanto en tan breve lapso de tiempo. Tu ejemplo de vida y el recuentro contigo el día que a nosotros nos toque partir, porque nuestra misión ya esté cumplida, nos hace inmensamente felices. GRACIAS de corazón.

A todos los preciosos niños que han pasado y pasarán por mi vida. En especial, a tí Alejandro Da Silva por elegir a Ana, a Carla Hernández y Claire Dámaso por elegirme a mi, a Cristina Santana por elegir a mi hermana PILAR, a Carla Dorta por elegir a Jose y a Katy, y a nuestro pequeño Yahya, por eligir a Cristi.

De corazón a corazón. Feliz noche.

Luisa del Toro.