" ¿CONOCES TU VERDADERO HOGAR? "


Buenas tardes de nuevo,


¿Cual es tu verdadero hogar? Muchos de ustedes si les hiciera esta pregunta contestaría que su hogar es donde tienen su domicilio actual.  

Cosa curiosa ésta¡¡ Sin embargo, yo tengo la certeza de que mi hogar no es donde resido actualmente, ni donde viví cuando nací en aquel piso de la llamada calle de Los Molinos de Santa Cruz de Tenerife, ni ninguno de los hogares donde he vivido con posterioridad. 

Jesús de Nazaret, ese gran maestro, dijo una vez: " Mi reino no es de este mundo".

Y yo confirmo que mi hogar no se encuentra en esta ciudad, mi verdadero hogar no está ubicado en el planeta tierra, mi casa no pertenece a este plano ni a esta dimensión en la que vivimos. Sencillamente, no soy de aquí. Pero ni yo, ni ninguna de los lectores que puedan tener acceso a este texto. Y ahora les explico el por qué lo valoro así.

Como pude explicar someramente en el primer texto que escribí he tenido, personalmente, experiencias extra corpóreas. Recuerdo, cuando estudiaba en la Facultad de Derecho como, encerrada en la terraza de casa de mis padres preparando mis exámenes en la más absoluta soledad, alguien desde atrás me acariciaba el pelo, o como sentada en mi cama de pies cruzados sentía como alguien se sentaba a los pies de la cama. Ese alguien no existía, por supuesto, porque en ambos casos yo estaba sola.  Eran sensaciones realmente sorprendentes y extraordinarias. Y supongo que algún temor sentiría, no lo sé, quizá si. Ya no lo recuerdo, francamente. En cualquier caso, cómo me gustaría que todo esto me volviera a suceder.

No todo ha sido eso, he tenido vivencias (lo que muchos llaman sueños) con mi abuela paterna, fallecida en junio de 1994. Recuerdan cuando me dijo eso de: "TODO VA A SALIR BIEN..¡¡", estando yo embarazada de mi primera hija?  Les aseguro que no fue un sueño.Todo lo contrario. Mi alma, mientras mi cuerpo físico dormía, contactó con ella. Estaba sentada en una esquina de aquella terraza que acabo de mencionar y yo llegaba caminando con el ánimo de entrar en la misma, y cuando la vi, sin preguntarle absolutamente nada me dijo aquellas preciosas palabras. Y tan certero fue el encuentro como cuando quedamos con un amigo en la esquina de cualquier parque. Tan pronto pronunció esas palabras, se fue. Inmediatamente le grite: Pero no te vayas¡¡.....Sobra decir que, por supuesto, no se quedó. Sencillamente partió. 

Otro de los momentos donde he podido contactar con el mundo espiritual, o lo que vulgarmente se denomina MÁS ALLÁ, ocurrió una noche mientras descansaba. Mi cuerpo se hallaba en estado de reposo y mi alma ascendió hasta encontrarme de repente en el reino mágico animal. Llegué a un sitio precioso lleno de animales de todas las especies y vi a todos y cada uno de los perros y gatos que han pasado por mi vida. No recuerdo haber sido tan feliz en toda mi vida. Fue tan tan mágico el encuentro, que no se puede explicar con palabras. Sólo se que allí estaba yo con Rebeca, Jasper, Maxim, Amanda, Bruno, Isidoro, Yolka, Dama, Nuri, Jacky, Lara, Tara, etc... brincando a mi alrededor, y yo como loca, tocándolos, acariciándolos. Hice con ellos todo, absolutamente todo. Y cuando me vine a dar cuenta me encontraba de nuevo de vuelta en mi cuerpo físico.

Y esto que les narro sin contar mis viajes astrales, donde de repente me veo en la esquina de mi habitación o donde quiera que mi cuerpo físico se encuentre y yo, quiero hablar, moverme y no puedo. Mi lucha es terrible porque yo solo quiero volver a mi cuerpo físico, pero no puedo. Este yace inerte. Aunque yo grito y grito, nadie me oye, aún habiendo personas en la misma habitación. 

Del mismo modo que me ha pasado a mi, mis hijas han tenido experiencias similares. La más impactante la padeció mi hija Carla Alejandra, no hace mucho tiempo. Se hallaba en la esquina de una calle y quiso cruzar, cuando olvidó que esta tenía doble sentido de circulación. Al tratar de pisar la calzada, la agarraron bruscamente del brazo hacia atrás y, dos segundos después, un camión paso a gran velocidad a menos de un metro de su cara. Si en aquel momento no la hubieran empujado hacia detrás posiblemente, Carla hubiese sufrido graves daños, o algo muy muy terrible le hubiera podido suceder. LLegó a casa asustada, no por la situación en sí, sino porque se quedó en estado de shock tras comprobar que cuando la habían empujado hacia detrás no había nadie a su lado. 

Hay una anécdota muy graciosa que ambas me cuentan. Estaban una tarde en casa de mi madre y nuestro gato, de toda la vida, había fallecido unos meses antes. Mi hija pequeña  (Claire) jugaba en el suelo de la habitación y la mayor estaba sentada al filo de la cama. Dice la mayor (Carla) que oyó como la pequeña decía: Que bonito el gatito¡¡. Doy mi palabra de honor que en casa de mi madre ya no habían animales. De hecho, Carla pensó: ¿Que gatito?. Segundos mas tarde notó como el animal se rozaba y frotaba contra una de sus piernas.

No les parece espectacular? A mí sí. Es algo fantástico tener estas vivencias tan cercanas con el mundo espiritual. 

Llegados a este punto se preguntarán donde está la falacia de la muerte. Pues bien, al igual que yo puedo compartir con ustedes todos estos momentos, son muchas las personas que dicen haber vivido las denominadas ECM (experiencias cercanas a la muerte). Muchos son los que dicen que nadie ha muerto y ha vuelto para contarlo. ¡¡Paparruchadas ¡¡. Son muchas las personas que se han dado por muertas, clínicamente, y han regresado a la vida, contando experiencias maravillosas y divinas, donde han podido volver al verdadero hogar, han contactado con sus seres queridos ya fallecidos, sus guías espirituales y a quienes se les ha brindado la oportunidad de volver a este plano para ser ejemplo de verdad, luz y esperanza. Son además muchos, muchísimos los médicos que cuentan como ven a los pacientes que están a punto de fallecer, levantarse sobre sus cuerpos y transitar. 

Se han publicado miles de libros del respecto, de los que me gustaría destacar: El Libro Tibetano de los Muertos, El Libro de los Espíritus de Alan Kardec, Estoy Bien de JJ. Benítez, El límite ó Al otro lado del Túnel de J.M. Gaona Cartolano, de entre otros muchos. Además les invito a conocer las experiencias personales de Emilio Carrillo Benito, Anita Moorjani o de Antonio Gómez Martín, entre otras muchas. Y, como no, a ver la preciosa película La Cabaña de 2017, de Stuart Hazeldin.

Yo no he tenido una experiencia cercana a la muerte y posiblemente nunca me suceda, o sí, pero desde luego cuando hayan tenido ocasión de leer todo cuanto les ofrezco o vivir mis experiencias, les aseguro desde mi alma, mi cariño y respeto profundo que llegarán a la misma conclusión que yo. LA MUERTE NO EXISTE TAL Y COMO LA CONOCEMOS. Estamos irremediablemente condenados a vivir POR SIEMPRE porque hay una VIDA ETERNA DE CONTINUIDAD. De tal modo que cuando transitamos y dejamos este plano, esta dimensión actual, volvemos a casa, a NUESTRO PRECIOSO HOGAR.


De corazón a corazón.

Luisa del Toro.

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